Como habéis podido ver, ya estamos de vuelta con nuestro blog, en el que nos gusta acercarnos a la animación en todo su esplendor. Y vamos con la primera escena mítica de esta reanudación. Lo cierto es que ésta no estaba prevista, pero bueno, como hay tiempo para ver tantas, hoy me quedo con la que vamos a ver.
Recientemente he estado rememorando la maravillosa y épica BSO de una sobresaliente película de DreamWorks (dedicaremos una entrada a dicha BSO en otra ocasión) que tristemente para muchos ha quedado relegada al olvido debido al triunfo de sus grandes sagas: Shrek, Madagascar y Kung fu Panda (entre otras películas por supuesto). Esta película es: "El príncipe de Egipto" que nos relata la historia de Moisés y el episodio bíblico del Éxodo combinando eficazmente la didáctica con la épica, un relato cargado de emociones, reflexivo y con momentos que honran a la industria de la animación impactando a grandes y pequeños.
La escena que os traigo se corresponde con una de estas canciones aunque la canción viene a ser una parte más de una escena en la que TODO es MAGNÍFICO. El momento en el que se desatan las 7 plagas sobre Egipto. A nivel del argumento del film es obvio que es uno de los puntos más fuertes: Moisés vuelve al que fue su hogar durante la infancia y pide al faraón (su hermano Ramsés) que libere a su pueblo de la esclavitud a la que es sometido. La respuesta es un autoritario y rotundo NO, nadie puede desafiar la voluntad del divino faraón cuyos sacerdotes continuamente reproducen los prodigios llevados a cabo por Moisés para "persuadir" al faraón. A partir de aquí se inicia la guerra.
La épica esta servida pero fijaos en como está construida la escena...¿os imagináis que vuestra misión o vuestro destino significa enfrentaros con el que ha sido vuestro hermano? ¿destruir todo cuanto te rodeaba en la infancia? De ahí que en una de las escenas Moisés no aparezca al fondo de la catástrofe sino dentro de ella, viviendo de primera mano el dolor. La música de fondo y los coros enfatizan aun más todos los sucesos: el cielo, el fuego, los rostros... Todo ello se traduce en la decadencia y el sufrimiento de unas gentes inocentes que como en toda guerra, son quienes sufren más fuertemente sus consecuencias (esta escena es toda una denuncia aplicable a cualquier época pasada, presente y futura).
Y mientras todo esto pasa, los hermanos intercambian estrofas, el faraón va progresivamente entrando en cólera mientras observa impotente en la lejanía la figura de Moisés mientras todo se derrumba a su alrededor, las gentes se aterrorizan con una expresividad perfectamente plasmada y mostrándose siempre pequeñas en tamaño en comparación con las plagas y con las apariciones de Moisés y Ramsés en las alturas, intercambiándose sus primeros planos hasta terminar fusionándose en uno solo representando el conflicto. Matrícula de Honor para DreamWorks.
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